El trauma como herencia
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Irene Faza Aladro
2024-07-12
Herencia, del latín haerentia (elementos que están unidos o adheridos entre sí) posee varias acepciones en castellano. La primera entiende este concepto como el conjunto de bienes, derechos y obligaciones que, al morir alguien, son transmisibles a sus herederos o a sus legatarios. La quinta la define como aquellos rasgos o circunstancias de índole cultural, social, económica, etc. que influyen en un momento histórico procedentes de otros momentos anteriores. El trauma de personas represaliadas durante el franquismo es el elemento que ha permanecido adherido a la memoria individual y colectiva de nuestra comunidad. Es la herencia que ha recibido gran parte de nuestra sociedad.
Los grupos humanos han dejado herencias a sus descendientes a lo largo de toda la historia de la humanidad. Las herencias son elementos culturales que nos caracterizan como humanos y dentro de las mismas podemos diferenciar entre lo material, es decir, aquellos bienes muebles e inmuebles que han formado parte de la vida de una persona y que pueden poseer un valor tanto económico como emocional. Y lo inmaterial, es decir, aquellos saberes y conocimientos que una sociedad o una familia transmite, permitiendo que tradiciones, lenguas y formas de vida no se pierdan en la memoria del pueblo. Dentro de esta parte inmaterial entran en juego las propias experiencias personales, que van fraguando formas de ser, de hablar, de comunicarse, etc., es decir, comportamientos que también se transmiten y, por tanto, se heredan. Y dentro de esas experiencias se encuentran también los traumas.
En 1939 comenzaba un periodo de decadencia social, donde los derechos sociales adquiridos en periodos históricos anteriores fueron fusilados junto con las miles de personas que todavía hoy continúan en cunetas, simas o fosas, y destruidos junto al silencio que los familiares de las víctimas tuvieron que guardar durante cuarenta años de dictadura. La represión de los familiares, en forma de violencia física pero también violencia psicológica, queda reflejada en la transmisión del trauma a los hijos y nietos. Una herencia que, en muchas ocasiones fue verbal, ya que muchas personas encontraron en la transmisión de la memoria una forma de hacer justicia, una especie de reparación del daño causado como Anita Sirgo, que fue torturada por el franquismo tras La Güelgona y jamás dejó de hablar y contar su experiencia. Pero, en muchos otros casos esa herencia fue no verbal, en forma de gestos, posturas o miradas (Valverde Gafaell, C. 2016) (1).
Debido al miedo, a las consecuencias que podía tener hablar, a cualquier denuncia, etc. la transmisión de esa memoria se hizo bajo el silencio. Esa violencia sufrida construyó sujetos sociales que, traumatizados por la pérdida de sus seres queridos, por las violaciones, las torturas, las vejaciones y la impunidad, no obtuvieron ningún tipo de reparación moral a partir de la Transición. Su duelo permaneció congelado durante décadas, impidiendo poder avanzar. Y ese daño, ese trauma, continua presente en nuestra comunidad modelando identidades rotas y relaciones familiares incoherentes, a través de una memoria colectiva impuesta, la del franquismo, y de narrativas compartidas que afectan a la percepción histórica de la comunidad.
Necesitamos rescatar, conocer y entender esa herencia transmitida. Necesitamos entender el daño psíquico aun presente en nuestra sociedad. Necesitamos luchar contra decisiones como la tomada por El Constitucional el pasado mes, el cual argumenta que la prescripción y la Ley de amnistía de 1977 son suficientes para determinar la inexistencia del delito de lesa humanidad durante el franquismo (Pozas, A. 2024)2. Necesitamos entender que la herencia del trauma es una problemática social que debe ser solucionada mediante una legislación coherente y útil,
para lo que necesitamos políticas que protejan a las minorías, que protejan la memoria. Necesitamos conocer el pasado de nuestro pueblo y devolverle su historia.
Irene Faza es arqueóloga, socióloga y experta en Memoria Democrática.
- Valverde Gafaell, C. (2016). Desenterrar las palabras. Transmisión generacional del trauma de la
violencia político del siglo XX en el estado español. Icaria, Más Madera.